Una cadena de confianza

07.11.2019

A veces necesitamos ver los resultados muy de cerca para creer en ellos. Y a veces también necesitamos una cadena de confianza para ir transmitiendo esta información de unos a otros. La primera vez que conocí a Karmen fue exactamente el día 24 de octubre de 2018. Yo acababa de comenzar la búsqueda de mi posible hermana robada y había dejado un par de mensajes en Internet por si podía dar con ella. A los pocos días recibí una mensaje en el que una tal Karmen, nuestra Karmen, me decía que había visto mi mensaje, que ella buscaba a su familia biológica y también, como mi hermana, había nacido en el año 1976. Aunque no coincidíamos en el mes, me dijo que su fecha de nacimiento era probablemente falsa y que era mejor, para los dos, descartar esa posibilidad. Rápidamente nos dimos los teléfonos pero, al intercambiarnos unos cuantos datos personales, nos dimos cuenta de la imposibilidad de que fuéramos hermanos. En realidad tuve mucha suerte porque, aunque no encontré a mi hermana, sí encontré a una persona maravillosa.

Karmen, como me vio muy verde en esto de las búsquedas, muy amablemente me explicó todo lo que tenía que hacer. Para empezar tenía que hacerme el ADN de los laboratorios españoles (yo por aquel entonces solo tenía el americano), pedir el boletín del Ayuntamiento, legajo, etc. Y me informó sobre las páginas de búsqueda en Internet comprometiéndose ( y cumplió siempre su palabra) a informarme de cuántas personas pudieran coincidir con mi búsqueda. Y es que Karmen (la que los conocéis sabéis de que os habló) es una luchadora inagotable (de las que recitan sus alelos de memoria de tantas veces como los ha cotejado con otras personas en una búsqueda que ha durado muchos, muchos años)

Nuestra relación siguió con los meses. Yo le comenté la posibilidad de hacerse el ADN de EEUU pero Karmen, que ya conocía el sistema por referencias de otras personas, me dijo que no creía en este tipo de pruebas. Yo, por mi parte, cada vez que volvíamos a hablar le comentaba la posibilidad del ADN de EEUU y le animaba a hacérselo. Aunque finalmente no pude convencerla demasiado.

La suerte quiso que una amiga, Julia García, encontrara a su familia con la ayuda del ADN de EEUU, que luego otra amiga suya, Cristina Sunny, también encontrará a su familia y que, más tarde, Inés Madrigal anunciara el reencuentro con su familia biológica, ambas utilizando el mismo método.

Fue entonces cuando Karmen se ánimo a hacerse el ADN de EEUU y, gracias a 23andme, y con la ayuda de un primo pudo "tirar del hilo" hasta sus orígenes (su apellido de guerra).

Si escribo esto, con su permiso, es sólo porque creo que del mismo modo que Karmen Orígenes sólo se animó a hacerse el ADN de los laboratorios de EEUU cuando su amiga Julia Garcia, Cristina Sunny e Inés Madrigal encontraron a su familia biológica, quizá también alguno de vosotros, amig@ o conocid@ de Karmen que esté o no en un proceso de búsqueda, se anime a seguir sus pasos en una especie de cadena invisible e imparable (quizá, porque no decirlo, también se anime mi hermana, la madre de alguno de vosotros, las hijas de esa madre que lleva años buscando a su hij@, un primo segundo que os ayude o cualquier otra persona, porque cualquier ADN que se incluya en esas bases de datos nos va a resulta de utilidad para seguir "tirando del hilo".

Por cierto, Karmen tenía razón y sus fechas y lugares de nacimiento eran completamente falsos. Hay que continuar esta cadena de difusión, paso a paso, poco a poco, para que esta tecnología llegue a todo el mundo. Queremos reencontrarnos y la solución está en tu boca.

José Manuel Iglesias

Secretario de Infogenes